El trabajo remoto es una excelente alternativa, siempre y cuando las personas estén dispuesta a aparecer en el trabajo.
Como dice Lisa Oswald, Senior Vice President, Global Head of Customer Service de Travelzoo Inc., en uno de sus últimos post: “Es deber de los líderes definir por qué, y con qué justificación llamar a la presencialidad”. En nuestro caso, hemos descubierto que es fundamental compartir presencialmente con concierta recurrencia para estar alineados como equipo y traspasar conocimientos. En nuestro rubro, donde la adaptación y el dinamismo es fundamental para dar un buen servicio, la convivencia se nos revela como la forma más efectiva y eficiente para construir estrategias o idear nuevos procedimientos, así como para a través de la repetición conseguir fijar nuevos hábitos de trabajo. Pero por sobre todo, hemos descubierto que la presencialidad es el ambiente propenso para poder dar y recibir feedback continuo sobre nuestro trabajo. El cara a cara es indispensable para captar cambios en los estados de ánimo. Hoy por hoy, es más fácil saber si nuestro equipo está siendo productivos, que si están contentos o quieren dejar la organización.
Por ello nuestro llamado a reflexionar y clarificar el porqué de llamar a la presencialidad en las distintas organizaciones y con qué frecuencia. Junto a ello, relevar lo importante de cumplir con las expectativas de quienes asisten a la oficina. Aún quedan grandes interrogantes que dilucidad: ¿cómo liderar de forma remota?, ¿cómo el trabajo remoto afecta la comunicación dentro de los equipos? Sin embargo, lo primero es definir y justificar la presencialidad.